Se trata de dispositivos electrónicos que se aplican detrás de la oreja o en el interior de esta y que ayudan a las personas con problemas de hipoacusia a oír mejor, ofreciendo una mayor calidad de vida.
Los dispositivos acústicos pueden producir un sonido más «audible». Pero, con más detalle, ¿cómo funciona el audífono? Cada persona puede oír una variedad infinita de los sonidos existentes, de una manera única. El audífono consigue transmitir las vibraciones sonoras con un volumen superior al real, adaptándolo a la persona y a su nivel de oído: por lo tanto, amplifica solo lo que se necesita oír mejor.
Los audífonos pueden diferenciarse por precio, dimensiones, tecnología, colocación en el oído y visibilidad. Los dos modelos principales son:
Los audífonos se personalizan según las necesidades específicas de la persona que sufre hipoacusia y se adaptan perfectamente a cualquier estilo de vida, amplificando solo los sonidos que la persona necesita oír mejor. Ponerse un audífono por primera vez supone un cambio importante en la vida de cualquier persona por ello, para su aplicación, siempre es necesario consultar con un profesional del oído para encontrar el tipo más adecuado y realizar un audífono a medida.
A diferencia del audífono, que se puede extraer en cualquier momento, el implante coclear es un dispositivo electrónico que se puede aplicar en el interior de la cóclea solo mediante una intervención quirúrgica. Su objetivo es estimular directamente el nervio acústico para permitir que perciba los sonidos y está aconsejado cuando los audífonos no son suficientes.
La adaptación y la regulación de los audífonos requiere la intervención de un profesional: el audioprotesista, el experto del que depende el buen funcionamiento de los aparatos. Si tenemos dudas sobre cómo ajustar los audífonos, es necesario recurrir a este profesional.