Eccema ótico y picor de oídos

Una de las causas principales para acudir al otorrino es el dolor de oídos u otalgía. Y otra es el picor de oídos, cuya causa principal es el eccema ótico, una dermatitis de la epidermis, que provoca que ésta se inflame, se descame y se enrojezca. Este picor, también llamado prurito, puede ser muy molesto. En este post te explicamos cómo evitar y cómo tratar el eccema ótico.

El eccema ótico no solo es molesto, sino que tiene el problema añadido de que puede cronificarse o ser recurrente. Por este motivo, el doctor Juan Royo, especialista de la comunidad Viviendo el Sonido, insiste en que “hay que ser hay que ser disciplinado en el tratamiento y en los cuidados higiénicos necesarios para evitar las posibles complicaciones que se producirán por un manejo inadecuado”.

Primer consejo que comparte el doctor Royo: hay que evitar el rascado. El motivo es que las erosiones producidas en la piel pueden infectarse por la acción de bacterias u hongos, provocando la aparición de una otitis externa, muy dolorosa. En este caso, el riesgo también es que esta otitis se se convierta en crónica o recurrente, lo que puede condicionar la inflamación crónica de la piel del conducto, estrechándolo, o incluso cerrándolo. Por tanto, nada de rascarse.

Cómo tratar un eccema ótico

Aparte de la contraindicación de rascarse por mucho que pique el oído, a lista de consejos para evitar que un eccema ótico incluye otra serie de medidas a poner en práctica:

  • Evitar humedad en el conducto.
  • Evitar los productos agresivos (champús, jabones abrasivos, tintes, etc.)
  • Utilizar tratamientos tópicos como la aceites esenciales hidratantes. Corticoides en loción o crema.
  • Mantener una higiene continua
  • Tener revisiones periódicas con el especialista, sobre todo si hay tendencia a la retención de cerumen o secreción en el conducto auditivo.

Ante la indudable incidencia que tiene el picor de oídos, que puede condicionar y mucho nuestra calidad de vida si es muy intenso, es clave intentar prevenir su aparición, en este sentido la higiene vuelve a ser un aliado clave. La propia ducha es un buen canal de limpieza, así como los difusores de agua marina. Lo que hay que evitar es el uso de bastoncillos, que puede provocar daños en el conducto auditivo e incluso lesiones por abrasión (lo que aún facilitaría más la aparición del picor).


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