¿La conciliación es sólo cosa de mujeres?

La conciliación es un asunto que se observa como propio y exclusivo de las mujeres y por eso cuesta avanzar. No hay corresponsabilidad. No hay prioridad. Éste es parte del diagnóstico en el que coincidieron los participantes en la IV Jornada de Conciliación organizada por GAES ayer miércoles 6 de junio. La periodista Eva Peruga, defensora de Igualdad en el Grupo Zeta, apuntó el camino a seguir: “Está en manos de todos la responsabilidad de impulsar un cambio en este sentido”.

En la jornada también participó la presidenta del Comité de Igualdad de GAES, Conchita Gassó, que ejemplificó la apuesta por la conciliación de su empresa, señalando al respecto la implantación de un sistema de teletrabajo y la flexibilidad de entrada y salida con un margen de dos horas. “Estas decisiones -remarcó- se unen a nuestra apuesta por mejorar el horario comecial en nuetras tiendas y por una nueva cultura de elección de cargos por méritos sin discriminación de género”.

También participaron en esta jornada, que incluyó una mesa redonda titulada “Conciliar más allá del ámbito de la empresa, ¿una actitud?”, Lourdes Ciuró, diputada de CiU en el Congreso de los Diputados y portavoz de la Comisión de Igualdad; Marc Grau, investigador del IESE Business School; Lara Román, directora de Patrimonios de Banif y miembro de la European Financial Planning Association España; y Núria Vilanova, presidenta y fundadora de Inforpress.

Un cambio cultural
La diputada nacionalista reconoció que “las leyes son imprescindibles pero es necesario incidir en los cambios culturales” y ha remarcado que el cambio ha de darse también en la familia, “pues no le podemos cargar a la empresa toda la responsabilidad”.  Por su parte, Marc Grau, investigador del IESE Business School, aportó datos que ilustran que el cuidado de la familia sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres: “Los padres dedican 1 hora y 30 minutos al día al cuidado de los hijos, mientras que las mujeres le dedican algo más de 3 horas”. ¿El motivo? Pues según un estudio de IESE, el 80% de los hombres aseguran que no se atreven a acogerse a políticas de conciliación por las consecuencias que puedea tener esta decisión para su carrera profesional.

Núria Vilanova, presidenta y fundadora de Inforpress se mostró sin embargo optimista, “ya que en estos momentos, las empresas están tan desesperadas por obtener resultados, que no dejan escapar a alguien bueno, sea hombre o mujer”. En la misma línea, Lara Román, directora de Patrimonios de Banif y miembro de la European Financial Planning Association España, subrayó que la crisis está cambiando los roles en muchos hogares: “Si el padre se queda en paro, en muchas ocasiones se cambian los papeles y es él quien se queda al cuidado de la casa y puede hacer las mismas tareas que tradicionalmente hacía la mujer“.

 

 

 

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