El índice de pérdida de audición en el trabajo se reduce

La seguridad laboral ha mejorado ostensiblemente en los últimos años. El resultado es un menor número de accidentes en el puesto de trabajo y una notable reducción de patologías relacionadas con el mismo. En este sentido, los problemas de pérdida de audición han registrado un paulatino descenso en los últimos años. Así se recoge por ejemplo en un estudio realizado en Estados Unidos, que sitúa en un 30% la disminución de este tipo de patologías en empleados a jornada completa, según informa spanish.hear-it. La situación es extrapolable a la mayoría de países europeos, incluyendo España. Y en todos los casos, el desarrollo de protectores auditivos cada vez más avanzados se presenta como la explicación de este menor índice de pérdida de audición en el trabajo.

La citada pérdida de audición en el puesto de trabajo recibe el nombre de “laboral” o “ocupacional”, y empezó a detectarse con frecuencia a partir de la revolución industrial, durante la mitad del siglo XVIII y principios del XIX. Los obreros trabajaban hasta catorce horas diarias y lo hacían sin ningún tipo de protección auditiva.

La situación ha cambiado drásticamente desde entonces. Sobre todo porque en aquellos trabajos con mayor impacto acústico, los trabajadores emplean tapones, cascos y otras soluciones protectoras, según el caso. El objetivo es que ningún empleado esté expuesto a ruidos superiores a 85 decibelios (dB). De hecho, la actual legislación laboral en España obliga a las empresas a dotar de protección acústica a sus empleados cuando el ambiente donde éstos operan registre un índice mayor de los citados 85 dB. En este sentido, un protector auditivo proporciona una atenuación media de 30 dB de intensidad, siempre que se utilice de forma continuada al menos 8 horas al día de trabajo.

En cuánto a los sistemas de protección acústica, los tapones proporcionan mayor atenuación para ruidos de bajas frecuencias, mientras que los cascos funcionan mejor para las altas. El uso combinado de tapones y cascos proporciona de 10 a 15 dB más de atenuación sonora. El uso combinado debe ser considerado cuando el ruido excede los 105 dB.

La innovación tecnológica en estos sistemas de protección acústica también ha sido de gran ayuda para reducir el índice de pérdida de audición en el trabajo. Desde los protectores a medida con filtros acústicos a los que incorporan auriculares para comunicarte con tus compañeros, pasando por unos protectores especiales para azadores o la industria alimentaria, la nómina es extensa y variada.

Por sectores y por países
Los trabajos relacionados con la construcción, las granjas de animales o los aeropuertos son algunos de los más ruidosos debido a la maquinaria y vehículos utilizados. Y aunque cómo hemos señalado, los problemas de pérdida auditiva en el entorno laboral se han reducido, aún siguen siendo un foco a prevenir. Así, por ejemplo, entre los bomberos españoles, la pérdida de audición es la segunda afección más común relacionada con el trabajo después de las lesiones causadas por la exposición a productos químicos tóxicos; en Alemania, uno de cada dos oficinistas está gravemente afectado por el nivel de ruido en el lugar de trabajo; en Dinamarca, uno de cada tres empleados está expuestos durante más de un tercio de su jornada laboral a niveles de ruido tan altos que debe elevar su voz para hacerse oír, y en Noruega, los daños auditivos inducidos por ruido comprenden el 58 por ciento de todas las lesiones relacionadas con el trabajo, según hear-it AISBL.

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