La lengua de signos y la importancia de los intérpretes

La traducción simultánea de discursos y comparecencias públicas en lengua de signos por televisión es ya algo muy habitual en la mayoría de países, como se ha demostrado durante esta crisis sanitaria de la Covid-19. Se trata de una forma eficaz de hacer accesible la comunicación a personas con pérdida de audición que utilizan este sistema. En el siguiente post te explicamos más sobre esta forma de comunicación y sus grandes auxiliares: los intérpretes de la lengua de signos.

En la actualidad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 13.300 personas utilizan en España la lengua de signos. Son comunes algunas confusiones respecto a ella, como pensar que cada signo representa una traducción específica de una palabra. Desde su origen, que se remonta al siglo XVII, la lengua de signos tiene su propio vocabulario y reglas que no se corresponden necesariamente con las del lenguaje hablado.

Los componentes principales que articulan los gestos utilizados en el lenguaje de signos (y que ayudan a darle significado) son cuatro: la dirección de la mano, su orientación, el movimiento durante la ejecución y el lugar de ejecución de los signos. Pero, y esto también rompe con una creencia generalizada, no hay una única lengua de signos. Hay diversos tipos y suelen variar dependiendo de los países (no tanto del idioma que se habla en ese país), presentando cada uno su propia gramática, sintaxis y reglas. En el caso de España, contamos con la Lengua de Signos Española (LSE) y con la lengua de signos catalana, tal y como reconoce la Ley 27/2007, de 23 de octubre y la Ley 17/2010, de 3 de junio, respectivamente.

El intérprete de la lengua de signos

Cómo señalábamos antes, la lenguia signos ha sido una lengua minoritaria y marginal durante muchos años, relegada además a un ámbito estrictamente personal o familiar. La sensibilización respecto a la accesibilidad de las comunicación de las personas que la usan ha sido clave para su emergencia. Y en este sentido, el papel más importante ha sido el del traductor de la palabra hablada en lengua de signos, llamado intérprete de signos.

Estos profesionales se encargan de la conversión a lengua de signos de comunicaciones relacionadas con todo tipo de eventos:

  • Reuniones privadas (con médico, abogados, etcétera)
  • Conferencias, seminarios, talleres
  • Clases en escuelas y universidades
  • Eventos culturales
  • Competiciones deportivas

La figura del intérprete de signos supone la cara visible de una comunicación inclusiva que garantiza que las personas con pérdida de audición severa que utilizan esta lengua obtienen la información en igualdad de condiciones que el resto.

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