Temas del artículo
Quizás por el nombre mucha gente desconozca qué es un otoscopio y para qué sirve. Pero cuando lo ve, con esa forma de pequeño martillo con un haz de luz en una punta. rápidamente lo identifica como un instrumento básico en cualquier revisión pediátrica o cuando nos auscultan el oído. En el siguiente post os damos más detalles sobre la utilidad de esta herramienta médica.
El otoscopio es un dispositivo muy útil para examinar el estado del canal auditivo y también del tímpano. De hecho es un instrumental imprescindible en la consulta de cualquier médico de familia o pediatra.
El otoscopio tiene la longitud de un bolígrafo, con un grosor de aproximadamente 2 cm y en un extremo tiene un cabezal hueco. Un extremo de este cabezal es delgado y se introduce en el oído. En el otro lado, una una lente transparente permite ver el interior del oído. De hecho, para poder visualizar bien la zona el cabezal tiene una pequeña luz interna.
Dolor de oído o pérdida auditiva
El otoscopio puede resultar muy útil para explorar el canal auditivo y el tímpano en caso de dolor de oído o pérdida de audición. La exploración es indolora (aunque a los niños suele asustarse) y puede ayudar a detectar infecciones del oído interno, roturas del tímpano y hasta tumores.
En el caso de que una otoscopia no sea concluyente, los médicos pueden derivar al especialista para la realización de pruebas más complejas, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética, que permiten imágenes más precisas del interior del oído.
