Qué es y cómo tratar la hipoacusia transmisiva

La hipoacusia se revela como una deficiencia registrada en la capacidad auditiva de las personas. Y entre los diferentes tipos existentes figura la denominada hipoacusia conductiva o transmisiva. Este tipo de pérdida de audición se caracteriza por afectar al oído externo y medio. En el siguiente post te explicamos cuáles son sus síntomas y cómo tratarla.

Para hacernos una idea bastante muy aproximada de lo que representa de una hipoacusia transmisiva basta con que nos tapemos un oído. Y es que este tipo de pérdida de audición se caracteriza porque impide que las ondas sonoras pasen al oído interno. Cuando este impedimento afecta a los dos oídos, hablamos de una hipoacusia conductiva bilateral.

No hay una sola causa para que aparezca una pérdida de audición de este tipo. Hay diferentes factores que pueden influir: desde infecciones del oído medio (otitis media), a tumores benignos (colesteatomas) pasando por tímpanos perforados, traumatismos y malformaciones del oído medio y externo.

Implantes osteointegrados para hipoacusias moderadas y graves

La hipoacusia transmisiva puede ser leve, moderada o graves. Y será en función de esta afectación que el especialista recomendará a los afectados la mejor solución auditiva. En el caso de hipoacusias conductivas leves, el audífono puede ser de gran ayuda, si bien en los casos moderados o graves la recomendación suelen ser los implantes osteointegrados, en los que el implante convierte el sonido en vibraciones que se envían al oído interno a través del hueso.

También en los casos de hipoacusia transmisiva leve el implante osteointegrado puede ser la mejor solución, sobre todo en casos en que los afectados o afectadas padecen una malformación en el oído o bien sufren infecciones de oído recurrentes.

La hipoacusia mixta

En aquellos casos en los que se produce una combinación de hipoacusia conductiva y neurosensorial, hablamos de hipoacusia mixta. Este tipo de pérdida auditiva implica que hay daños tanto en el oído externo o medio como en el oído interno. Las personas afectadas oyen los sonidos más bajos de volumen y les cuesta más entenderlos. En este caso las causas hay que buscarlas en factores genéticos o en la sobreexposición a ruidos altos. Y en cuanto a la mejor solución, o la más recomendada, los implantes osteointegrados vuelven a ser la primera opción.

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