Vértigo y mareo pueden parecer sinónimos pero tienen significados distintos
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De nuevo nos vamos a referir a dos términos que se usan como sinónimos pero tienen connotaciones y causas diferentes. El mareo se refiere a una situación en la que el afectado o afectada se siente aturdido y va a perder el equilibrio, mientras que el vértigo es más concreto e implica la sensación de un movimiento ficticio de las cosas o de uno mismo. En el siguiente post te damos más detalles sobre la diferencia entre vértigo y mareo.
El mareo, como decíamos, implica un abanico más amplio de sensaciones, entre las que incluso se puede comprender el vértigo (percepción de que las cosas giran alrededor de uno o una). Además, otra diferencia principal es que los mareos suelen ser algo puntual que desaparece al cabo de unos minutos. Como causas principales que desencadenan esta sensación figuran la lipotimia, un episodio deshidratación e incluso una bajada de tensión.
En el caso de los vértigos, aunque pueden ser esporádicos y también puntuales, suelen ser más recurrentes. La causa principal es la alteración del sistema vestibular, situado en el interior del oído interno, que coordina el mantenimiento del equilibrio, así como de nuestra postura. y puede ser momentáneo o durar horas o incluso días.
El 10% de las consultas al otorrinolaringólogo son debidas precisamente a los vértigos. Aunque esta patología vestibular pueden afectar a hombres y mujeres, son más frecuentes en éstas, especialmente entre los 30 y los 50 años de edad. Y dentro de los diferentes tipos, podemos diferenciar entre el vértigo periférico, que se produce por lesión del laberinto u oído interno, y el vértigo central, cuando la lesión que lo provoca está en el sistema nervioso central. También existe el vértigo cervical, causado por una mala posición de las vértebras del cuello u otro tipo de trastorno cervical, y el vértigo posicional paroxístico benigno, trastorno frecuente que ocasiona breves episodios de vértigo, en respuesta a los cambios de posición de la cabeza que estimulan el canal semicircular posterior del oído interno.
Muchas enfermedades del oído pueden producir vértigos en algún momento de su evolución, como la otitis, un tapón de cerumen o la otosclerosis. Pero existen otras enfermedades del oído interno en las que el vértigo es el síntoma fundamental, como son el Vértigo Paroxístico Benigno (VPPB), la Enfermedad de Ménière y la Neuronitis Vestibular.
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