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Qué es el nistagmo
El nistagmo o nistagmus es una patología que se origina en el sistema vestibular y que causa una oscilación rítmica e involuntaria de uno o ambos ojos. Esta afección puede presentarse a cualquier edad, variando en cada caso la frencuencia, dirección o intensidad.
Tipos de nistagmo
El nistagmo puede clasificarse en varios tipos, según la dirección del movimiento involuntario ocular y también según la velocidad de los mismos. En el caso de la diección, cuando los ojos se mueven de arriba a abajo, hablamos de nistagmo vertical. Cuando esta oscilación es de un lado a otro, se trata de nistagmo horizontal. Si el criterio de clasificación es la velocidad de los movimientos, hablamos entonces de nistagmo pendular cuando las dos fases son simétricas en su velocidad, y de nistagmo en resorte, cuando estas fases son asimétricas -es decir, un movimiento hacia un lado es más rápido que el otro. En todos los casos, hay otra variable: la frecuencia con la que se producen estos movimientos.
Causa del nistagmo
El nistagmo, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), tiene su origen en el sistema vestibular, bien por estimulación (fisiológico), o por lesión del mismo (patológico). En el momento en que los nervios vestibulares de cada lado tienen una actividad nerviosa no armónica entre sí, se genera el nistagmo. Otra causa de esta patología puede ser una lesión ocular o el Síndrome de Spasmus Mutans, que se manifiesta con cabeceo y tortícolis y se resuelve espontáneamente en uno o dos años en la mayoría de los casos.
Síntomas del nistagmo
En los casos en los que la causa del nistagmo se localiza en el sistema vestibular, los síntomas asociados tienen que ver con la sensación de mareo y vértigo, con la sensación de pérdida de equilibrio y que todo se mueve. También pueden producirse en algunos casos náuseas, vómitos y ataxia.
Tratamiento del nistagmo
El tratamiento del nistagmo se basa principalmente en minimizar o corregir el movimiento involuntario de los ojos. En este objetivo pueden participar diferentes profesionales, desde el neurólogo hasta el oftalmólogo, pudiendo este últimio prescribir la utillización de determinadas gafas o lentes de contacto y hasta cirugía para recolocar los músculos responsables del movimiento ocular. También hay algunos fármacos indicados, aunque no suponen la opción más efectiva.