
La pérdida auditiva severa nos impide oír sonidos por debajo de los 70 decibelios (dB)
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La pérdida auditiva severa o grave es aquella en la que la persona afectada no puede oír sonidos inferiores a 70 decibelios (dB). Con esta limitación es imposible oír y entender, por ejemplo, una conversación, a no ser que el afectado o afectada utilice una solución auditiva, como puede ser un audífono o implante coclear.
La pérdida auditiva severa es más fácil de reconocer que la pérdida de audición leve, pues es muy amplio el abanico de sonidos diarios que no se oyen o bien se oyen muy amortiguados o en forma de vibración.
Si presentamos alguno de los síntomas relacionados con la pérdida de audición severa deberíamos acudir lo antes posible a un centro especializado donde se nos ofrecerá un diagnóstico tras una revisión auditiva que consta de tres pasos:
Si nos diagnostican pérdida auditiva severa, será el propio especialista el que nos indique la mejor solución. Dependiendo de los resultados de la audiometría y del estilo de vida, el audioprotesista puede recomendarnos una de estas dos soluciones:
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