
El tumor de oído puede ser canceroso (maligno) o no canceroso (benigno). Es una enfermedad muy rara, que afecta solo a una o dos personas por millón, normalmente después de los 55 años. Se trata de neoformaciones poco habituales que, en la fase inicial, presentan pocos síntomas.
Los tumores malignos del oído más habituales son el carcinoma basocelular y el carcinoma de células escamosas. En las primeras etapas, este tipo de tumores pueden tratarse de manera eficaz con extirpación quirúrgica o radioterapia. Otra forma de tumor es el melanoma, que se extiende más rápidamente y puede presentarse también en la piel del conducto auditivo externo. En este caso, es necesaria la extirpación quirúrgica.
El ceruminoma, el carcinoma de las células que producen la cera, es otro de los tumores que afectan a esta parte del cuerpo. Este tipo de tumor podría destruir el conducto auditivo. No está relacionado con los tapones de cera y el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor.
Los tumores benignos en el oído pueden desarrollarse en el conducto auditivo provocando la obstrucción de este y la consiguiente pérdida auditiva y acumulación de cera.
Entre este tipo de tumores destacan:
La presencia muy prolongada de dolor en el oído es uno de los principales síntomas del carcinoma, así como el sangrado, junto con la sensación de prurito y hormigueo. Entre los síntomas más habituales del tumor en el oído medio e interno podemos destacar:
Gran parte de los tumores del oído externo, que representan aproximadamente el 70% del total, tiene origen epitelial:
Aproximadamente el 80% de estos tumores está localizado en el pabellón. Los otros tumores se dividen a partes iguales entre el conducto auditivo externo y el oído medio.
Los tumores que más afectan al oído interno son:
Las causas que pueden llevar a la formación del tumor en el oído son múltiples y pueden variar de un paciente a otro. En general, se puede afirmar que esta neoplasia puede producirse en caso que el paciente afectado se haya sometido, incluso a corta edad, a una serie de tratamientos que han podido dañar el oído.
Detectar un tumor en el oído es muy complejo, ya que, a menudo, los síntomas que presenta se confunden con otros problemas como, por ejemplo, una infección en este órgano. Por ello, es muy importante que un especialista efectúe un seguimiento adecuado estas manifestaciones. Las pruebas fundamentales para el diagnóstico de un tumor en el oído son el TAC del hueso petroso y la resonancia magnética que permite estudiar este órgano.
Existen diferentesmétodos para abordar un tumor en el oído, que cambian dependiendo del área afectada por el tumor.
En caso de tumor en el oído interno u oído medio, los posibles tratamientos son:
En caso del tumor en el oído externo, los posibles tratamientos son: