El cerumen es un aceite ceroso producido por las glándulas y los folículos pilosos del conducto auditivo externo. Si los padres observan mucha cera en los oídos de niños y bebés, el pediatra es el contacto adecuado.
Limpiar los oídos de un bebé de 2-3 meses requiere especial cuidado, ya que sus canales auditivos son extremadamente delicados. Aquí tienes un método seguro y adecuado para esta edad:
A esta edad, su canal auditivo sigue siendo delicado, pero el bebé es más activo y curioso, lo que requiere atención adicional al limpiar sus oídos. Aquí está el procedimiento detallado:
Preparación:
Busca un momento en que el bebé esté tranquilo, como después del baño o antes de dormir. Si el bebé es inquieto, es útil que otra persona te ayude a sostenerlo para evitar movimientos bruscos.
Limpieza de la parte externa del oído:
Toma una gasa o un paño suave y humedécelo con agua tibia. Asegúrate de exprimir bien el exceso de agua.
Secado:
Usa una gasa o toalla limpia y seca para eliminar cualquier humedad que haya quedado alrededor de las orejas. Esto es importante para evitar irritaciones o infecciones.
Cera visible:
Si notas que hay cera acumulada en la entrada del canal auditivo, límpiala únicamente si está al alcance de la gasa o el paño. La cera suele ser más densa a esta edad, pero no debes intentar extraerla del interior del canal.
Prevención durante el baño:
En un bebé de 1 año, es común que se mueva mucho durante el baño. Asegúrate de que no entre agua en sus oídos. Usa una toalla suave para secar sus orejas inmediatamente después del baño.
Supervisión constante:
A los 12 meses, los bebés empiezan a explorar más con sus manos y pueden intentar introducir objetos en los oídos. Mantén un ojo atento para evitar que esto ocurra, ya que podría provocar daño o empujar la cera hacia adentro.
Explícale el proceso:
A los 6 años, el niño puede entender las instrucciones básicas. Explícale que no se deben introducir objetos en los oídos y que vamos a limpiar solo la parte externa. Esto lo hará más cooperativo y consciente de la importancia de cuidar sus oídos.
Limpieza de la parte externa:
Secado:
Asegúrate de secar la zona con una toalla suave después de limpiar. Esto es especialmente importante después de bañarse o nadar para evitar infecciones por humedad acumulada.
Después del baño o la natación:
Si el niño nada frecuentemente, considera usar gorros de baño o tapones específicos para proteger sus oídos. Después de nadar, inclina ligeramente su cabeza para ayudar a drenar cualquier agua que pueda haber entrado en el oído externo y seca bien.
Educa sobre el uso de hisopos:
A esta edad, los niños pueden sentirse tentados a usar hisopos o bastoncillos de algodón, ya sea por curiosidad o porque ven a los adultos usarlos. Explícale que no deben introducirse en el canal auditivo, ya que podrían empujar la cera más adentro o causar lesiones.
Cera acumulada:
Si notas que hay una cantidad considerable de cera acumulada o bloqueos que no se eliminan de manera natural, evita intentar extraerla tú mismo. Consulta a un médico o especialista para una limpieza segura.
Cuando buscar ayuda médica:
Si el niño se queja de dolor, picazón, sensación de oído tapado, pérdida de audición o si hay secreciones con mal olor, consulta a un otorrinolaringólogo. Estos síntomas pueden indicar acumulación excesiva de cera, infección u otros problemas que necesitan atención profesional.
Limpiar el oído de un bebé con otitis requiere extremo cuidado para evitar empeorar la condición o causar molestias. Aquí hay algunas pautas generales que puedes seguir:
1. Consulta al médico
2. Evita introducir objetos en el oído
3. Limpieza externa del oído
4. Usa gotas recetadas
5. Evita el agua dentro del oído
6. Observa señales de empeoramiento
Si nos preguntamos cómo limpiar los oídos de los niños, es conveniente prestar atención a algunas medidas que respetar y algunos errores que evitar.
Para quitar la cera en los niños, se aconseja utilizar un trozo de tela húmedo o toallitas que aplicar delicadamente en la entrada del conducto auditivo y en la parte exterior de la oreja. Si se detectan infecciones o tapones de cera, se puede recurrir al uso de las gotas auriculares, siguiendo el tratamiento indicado por el médico especialista.
La salida de cera en los niños es muy habitual. Sin embargo, en algunos niños, la producción de cera en los oídos puede ser excesiva y podría generar tapones de cera provocando un bloqueo del conducto auditivo y algunos síntomas en el niño, como dolor de oído o picor. Cuando se forma esta acumulación, se puede quitar de diferentes maneras. ¿Cómo quitar el tapón de cera de los oídos de los niños? El método más aconsejado, con la guía de un médico especialista, es suministrar gotas auriculares que puedan deshacer la cera.
La acumulación de cera en los oídos de los bebés es normal, ya que esta cumple una función protectora al prevenir la entrada de polvo, bacterias y otros agentes externos, además de lubricar el canal auditivo. Algunos bebés producen más cera de manera natural debido a factores genéticos o al proceso de autolimpieza del oído, que transporta la cera hacia el exterior. También puede haber un aumento en la producción por irritantes ambientales o por el uso de hisopos, que pueden empujar la cera hacia adentro.
Es importante observar si la cera causa molestias, bloqueo del oído o si hay cambios en su apariencia, como un olor fuerte o un color inusual, ya que esto podría indicar una infección. En estos casos, o si el bebé muestra irritación, fiebre o secreción líquida, se debe consultar al pediatra. La limpieza debe limitarse al exterior del oído con un paño húmedo, evitando introducir objetos en el canal auditivo.
Si la acumulación parece excesiva o problemática, el pediatra puede evaluar y retirar la cera de forma segura
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Es necesario ponerse en contacto con el médico cuando la acumulación de cera es considerable y el niño presenta síntomas como dolor de oído, dificultades de audición, picor o secreciones excesivas de líquido.
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