¿La temperatura exterior baja y la corporal sube? Cuando se noten los primeros síntomas de la gripe, es mejor no hacer oídos sordos. El clima rígido y el viento fuerte exponen el audífono a continuos esfuerzos y basta un despiste para pescar un resfriado y un taponamiento de oídos.
En caso de infección en las vías respiratorias, gripe o un simple golpe de aire, las manifestaciones más comunes y estrictamente relacionadas son el resfriado y los oídos tapados.
El resfriado, como condición inflamatoria, estimula la producción de moco en las cavidades nasales. Esto provoca un aumento de la presión en las trompas de Eustaquio, canal que conecta el oído medio a la rinofaringe, favoreciendo una sensación gradual de taponamiento auricular.
Los oídos tapados y el resfriado son molestias tan frecuentes como pesadas, por ello, es importante tratar los síntomas lo antes posible.
En cualquier caso, es igual de importante identificar el tipo de inflamación para tratar correctamente el problema,con antiinflamatorios o antibióticos específicos. Si el dolor auricular persiste o está acompañado por episodios febriles, es siempre conveniente dirigirse a un médico para una visita en profundidad.
Algunos remedios específicos para aliviar los oídos tapados causados por una gripe o resfriado:
Tener los oídos tapados durante un vuelo es algo común, pero puede ser más incómodo y problemático cuando estás resfriado. Esto sucede porque al despegar y aterrizar, los cambios rápidos en la presión atmosférica afectan los oídos, y la trompa de Eustaquio tiene que adaptarse para igualar la presión interna con la externa. Para aliviar este malestar, se recomienda utilizar descongestionantes, masticar chicle, realizar maniobras como la de Valsalva y mantenerse hidratado.
La duración del oído tapado por un resfriado puede variar según la persona y la gravedad de la congestión. En general, la sensación de oído tapado suele durar de unos pocos días a una semana, dependiendo de lo rápido que se alivie la congestión nasal y la inflamación de la trompa de Eustaquio.
Sin embargo, en algunos casos, la sensación puede persistir por más tiempo, especialmente si el resfriado se complica con infecciones secundarias, como la otitis media o la sinusitis. Si la congestión persiste por más de dos semanas o si experimentas dolor intenso, secreción del oído o pérdida significativa de la audición, es recomendable consultar a un médico para descartar infecciones u otras complicaciones.
En caso de resfriado o dolor de oídos persistente u otitis, se aconseja realizar un examen auricular para obtener una valoración adecuada de la membrana timpánica y del oído medio en general. Solo después, el médico podrá identificar el tratamiento específico para la patología que se ha identificado.
En cualquier caso, existen soluciones más sencillas que se pueden adoptar para cuidar e incluso prevenir la otitis: por ejemplo, los lavados nasales que efectuar con solución fisiológica.
El tratamiento para este tipo de otitis puede variar dependiendo de si es otitis media (acumulación de líquido sin infección) o una infección del oído. Aquí están algunos tratamientos comunes:
1. Descongestionantes nasales
Estos medicamentos (en spray o pastillas) ayudan a reducir la congestión en la nariz y el oído, mejorando la función de la trompa de Eustaquio y permitiendo que el oído medio se drene correctamente.
2. Analgésicos
Medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno ayudan a aliviar el dolor y la inflamación en el oído. Son útiles tanto para adultos como para niños.
3. Antibióticos
Si el médico determina que la otitis es causada por una infección bacteriana, pueden recetarse antibióticos. Sin embargo, muchas infecciones de oído causadas por resfriados son virales, por lo que los antibióticos no siempre son necesarios.
4. Gotas óticas
En casos de dolor intenso, el médico puede recetar gotas para los oídos que contienen analgésicos o antiinflamatorios.
5. Reposo y cuidados generales
Descansar y mantenerse bien hidratado es importante para que el cuerpo combata el resfriado y la inflamación. Evitar fumar o estar en ambientes con humo también ayuda a mejorar la recuperación.
La insistencia de temperaturas rígidas y la exposición al viento y a la humedad son factores que contribuyen a que se produzcan episodios inflamatorios y de gripe.
El resfriado y los acúfenos son un ejemplo de cómo los síntomas se suceden cuando existen causas que los provocan. En este caso, el exceso de producción de cera, debida al estado inflamatorio, crea una oclusión parcial del canal auditivo y la persistencia de un ruido subjetivo en ausencia de un estímulo acústico real. A menudo, esta sensación se añade la reverberación de la propia voz.
Los niños están más expuestos que los adultos a la posibilidad de contraer estas enfermedades. No solo por los estímulos exteriores, sino también por la disposición anatómica de los órganos aún en fase de desarrollo. Es el caso de la clásica asociación de resfriado y dolor de oídos.
Las trompas de Eustaquio, encargadas del drenaje de las secreciones de la cavidad nasal, en los niños son más estrechas y cortas que en los adultos. Por este motivo, la obstrucción y la consiguiente proliferación bacteriana o viral surge primero.
Reserva una cita y visita uno de nuestros centros GAES. Nuestros especialistas en audición estarán listos para responder a cualquier pregunta que pueda tener sobre el mundo de la audición y mostrarle nuestra gama de audífonos GAES.
Más información sobre la salud auditiva y las múltiples soluciones adecuadas para cada persona y su su oído.