Descubre qué es la timpanometría, cómo se realiza, sus tipos de curvas y cómo interpretar sus resultados.
La timpanometría es una prueba auditiva clave para evaluar el estado del oído medio. En este artículo explicamos su función, tipos de curvas, resultados y relación con la impedanciometría.
La timpanometría es una prueba objetiva que evalúa el estado del oído medio, midiendo la movilidad del tímpano frente a variaciones de presión en el canal auditivo. Se utiliza para conocer si el tímpano y la cadena de huesecillos responden adecuadamente al sonido, y ayuda a detectar problemas como presencia de líquido, rigidez timpánica o alteraciones en la presión del oído medio. Es un procedimiento habitual, rápido y no invasivo, fundamental en la valoración de la función auditiva, especialmente en casos de otitis media, disfunción tubárica o sospechas de perforación timpánica.
El procedimiento es sencillo, rápido y no requiere preparación previa. Para realizar la timpanometría, se introduce una pequeña sonda en el conducto auditivo externo, que sella el canal de forma momentánea. Esta sonda emite un tono constante y varía la presión del aire en el oído, mientras un micrófono integrado mide la cantidad de sonido que rebota en el tímpano. Este proceso permite evaluar la movilidad de la membrana timpánica ante los cambios de presión. La prueba dura solo unos minutos, no produce dolor y puede realizarse incluso en niños o personas con sensibilidad auditiva. Aunque puede percibirse una leve sensación de presión o sonidos breves, la timpanometría es una técnica totalmente segura y bien tolerada.
La timpanometría permite identificar diferentes tipos de curvas según el comportamiento del tímpano frente a cambios de presión. Estas curvas son fundamentales para interpretar el estado del oído medio y orientar el diagnóstico audiológico. A continuación, se describen las principales:
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Esta curva es plana y no muestra pico de compliancia, lo que indica ausencia total de movilidad del tímpano. Es común en casos de otitis media con efusión (presencia de líquido en el oído medio), perforaciones timpánicas grandes o cuando se ha colocado un tubo de ventilación. Dado que no hay desplazamiento timpánico, el sonido no puede ser absorbido ni reflejado adecuadamente. Este resultado requiere atención médica, ya que puede estar asociado a pérdida auditiva conductiva importante.
La curva tipo C refleja una presión negativa dentro del oído medio, evidenciada por un desplazamiento del pico hacia valores negativos (por debajo de -100 daPa). Este patrón suele ser consecuencia de una disfunción de la trompa de Eustaquio, que impide la correcta igualación de la presión entre el oído medio y el entorno. Es frecuente en fases iniciales o finales de infecciones respiratorias, alergias nasales o congestión. Aunque no siempre requiere tratamiento inmediato, es importante hacer un seguimiento si los síntomas persisten.