Conducir es básico para gestionar con libertad y autonomía nuestros desplazamientos y nuestro tiempo. A veces surge la pregunta: ¿las personas con perdida auditiva o con sordera pueden conducir? La respuesta es sí: conducir no está prohibido para las personas afectadas por la sordera desde el nacimiento, ni para quienes han sufrido un déficit auditivo a lo largo del tiempo.
Así pues, una vez hemos concretado que las personas que sufren sordera, bien sea de nacimiento o adquirida y las afectadas por una perdida auditiva moderado o grave, sí pueden conducir, es conveniente especificar que existen algunas diferencias en la tramitación del permiso de conducir. Aquellas personas que tengan una pérdida combinada entre los dos oídos superior al 45% solo podrán optar al permiso extraordinario, el cual implica que el vehículo deberá estar adaptado, y tendrán algunas limitaciones, como la imposibilidad de conducir vehículos del grupo 2. En cambio, si el conductor realiza una audiometría tonal y el resultado muestra una pérdida combinada entre los dos oídos inferior al 45% podrá optar al permiso ordinario, es decir, sin restricciones.
El oído es un sentido fundamental para la conducción. A menudo, las personas afectadas por un déficit auditivo o, más en general, por problemas de oído, pueden tener dificultades de diferentes tipos, como por ejemplo, problemas para escuchar el motor del coche o percibir las revoluciones del vehículo, oír las sirenas de las ambulancias u otros vehículos de emergencia o incluso los pitidos de otros conductores que avisan de un peligro inminente o ser un mensaje de alerta. Por tanto, para una conducción sin riesgos, para ellos y para las personas que los rodean, es básico recordar la obligación de llevar siempre los audífonos, si así se indica en el permiso
Sí, el uso de audífonos es obligatorio para las personas afectadas por pérdidas auditivas, a fin de asegurar una conducción segura para ellas y para las personas que las rodean. Así se indica en el permiso con un código específico que indica la obligatoriedad de llevar puestos los audífonos cuando se conduce. No llevarlos supone una sanción administrativa o la retirada del permiso. Podría parecer excesivo, pero el oído es un sentido fundamental en la conducción y no oír los ruidos que nos rodean podría causar problemas y accidentes muy graves. En cualquier caso, cabe recordar que un déficit auditivo no supone nunca un freno para vivir con plenitud todos los momentos de la vida ya que este problema se puede afrontar con unas ayudas y medidas adecuadas.