La maniobra de Valsalva consiste en una inspiración relativamente profunda seguida de una espiración forzada, con la glotis cerrada y con una duración de 10 segundos.
La maniobra de Valsalva se utiliza para normalizar la presión del oído medio, pero es necesario actuar con precaución: existe el riesgo de producir daños auditivos debidos a la sobrepresión de este.
Para efectuarla, basta con seguir estas acciones:
Siguiendo estas indicaciones aumentará la presión en el interior del pecho y de la barriga.
La técnica permite aliviar en poco tiempo la presión en el interior del oído, con la apertura de las trompas de Eustaquio.
No se deben infravalorar los riesgos: recurrir de manera continua a la maniobra de Valsalva puede hacer que surjan problemas posturales, rigidez muscular, de respiración, de presión del sistema sanguíneo, de presión intracraneal y problemas hormonales debidos a la carencia de oxígeno. Además, una presión excesiva en el oído supone un riesgo de provocar graves daños en el aparato auditivo.
Como alternativa a la Maniobra de Valsalva, se puede llevar a cabo la maniobra Frenzel (o maniobra de Marcante-Odaglia), técnica de compensación usada sobre todo en apnea: se aprovecha el cierre de las vías respiratorias inferiores y superiores de manera que no se sobrecargan los pulmones.
En especial, es necesario empujar la lengua hacia la garganta y llevar a cabo un movimiento similar a la deglución; justo después, empujar la lengua hacia arriba, hacia el paladar blando, para ejercer un empuje hacia el oído medio. Mientras las vías respiratorias inferiores se cierran con la lengua, las vías aéreas superiores deben cerrarse tapando la nariz.
En caso que no se pueda aliviar la presión en el oído con estas maniobras, se aconseja consultar con un médico.