La escucha selectiva, conocida también como efecto cocktail party o fiesta de cóctel, es la capacidad de distinguir, interpretar y concentrarse en un solo sonido en especial en presencia de otros sonidos que «compiten» con este. En la práctica, es lo que nos permite seguir una conversación mientras estamos en un restaurante lleno de gente. En estos casos, nuestro cerebro «elige» los sonidos que le interesan, ignorando los otros que se superponen, y catalogándolos como ruido.
El nombre Efecto de fiesta cóctel fue acuñado por el científico cognitivo Colin Cherry. Este nombre se debe a la situación en que la escucha selectiva encuentra su máxima expresión: en una fiesta. En un ambiente en que muchas conversaciones se superponen, resulta clara nuestra habilidad de seguir solo una entre todas. Durante los años 50, Cherry, interesado en este fenómeno, realizó experimentos en los que pidió a algunas personas que se pusiesen unos auriculares desde los que podían escuchar dos conversaciones al mismo tiempo. Invitó a las personas a decidir a escuchar una, descubriendo que no solo lo conseguían perfectamente, sino que no quedaba ningún resto en la memoria de la segunda conversación ignorada, a pesar de que la corteza cerebral la hubiese registrado.
La revisión auditiva permite a los audiólogos medir y evaluar la capacidad de una persona en tan sólo unos minutos.
En caso que nos demos cuenta que el efecto cocktail party esté en peligro solo por un problema cognitivo, podemos entrenarnos para recuperarlo. Existen ejercicios cognitivos basados en un modelo neuropsicológico de la atención que utilizan esquemas repetitivos y repetidos para estimular las habilidades relacionadas con la atención. En cambio, si nos damos cuenta que el hecho que no consigamos seguir las conversaciones en ambientes con mucha gente depende de una pérdida de la audición, la solución más eficaz es una ayuda auditiva.
Un estudio publicado en la revista Ear and Hearing ha confirmado que las personas que han estudiado música conservan mejor y durante más tiempo la capacidad de escucha selectiva. Esto se debe al mayor desarrollo de la memoria de trabajo auditiva y no está relacionado con el nivel de formación musical de las personas. En especial, los músicos o exmúsicos conservan una mejor capacidad de distinguir una conversación de los ruidos de fondo incluso en contextos especialmente difíciles.
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