Hablando de la sordera autoinmune.

Para diagnosticar una sordera autoinmune debemos prestar una atención especial a los síntomas del paciente.
Se trata de un diagnóstico esencialmente clínico.
Es una hipoacusia neurosensorial, por lesiones cocleares o del nervio auditivo, bilateral, progresiva, a veces fluctuante, alguna vez súbita.
Mejora con los corticoides y empeora al dejarlos.
Si hacemos un interrogatorio minucioso descubriremos síntomas acompañantes en muchos pacientes:
  • Dolores musculares y/o de las articulaciones en el 50% de los casos.
  • Problemas oculares inflamatorios en el 40% de los casos.
  • Problemas renales, sangre en la orina en el 40% de los casos.
  • Alteraciones gastrointestinales en el 30% de los casos.
  • Alteraciones de la sangre, como anemia o disminución de plaquetas en el 20% de los casos.