Ruido y embarazo.

Conocidos son los efectos negativos del ruido elevado sobre los trabajadores expuestos, y la obligación del uso de protección por parte de los trabajadores.

Pero también debemos de valorar las peculiaridades de ciertas situaciones, como es la de las trabajadoras embarazadas. Las embarazadas expuestas a elevados niveles de ruido en el trabajo deben de considerar que dicha exposición también puede afectar al feto.

Una exposición prolongada al ruido puede provocar un aumento de la presión sanguínea, de la frecuencia cardíaca, del estrés y de la fatiga de la embarazada, con un efecto negativo sobre el feto.

Pero también parece que una exposición prolongada a ruidos fuertes durante el embarazo puede afectar posteriormente al oído del feto.

Además debemos valorar que el uso de equipos de protección personal por parte de la futura madre no protegerá al feto de los riesgos físicos producidos por el ruido.

Las empresas están obligadas a evaluar la naturaleza, el grado y la duración de la exposición de las trabajadoras embarazadas al ruido; y si existe un riesgo para la seguridad y la salud de la trabajadora o efectos sobre el embarazo, la empresa debe modificar las condiciones de trabajo de la embarazada para evitar dicha exposición.