¿Y por qué no audífonos?

Es muy frecuente atender en la consulta personas de mediana edad que se quejan de que no oyen bien, que no entienden, sobre todo en ambientes de ruido, que les tienen que repetir las cosas, que se aíslan cuando están en grupo, que asienten más de una vez sin haber escuchado lo que les preguntan, que acaban prefiriendo no enterarse de lo que les dicen, que pedir que les repitan.

Y cuando, tras el estudio diagnóstico, les expones que la solución es adaptar unos audífonos, no son pocos los que rechazan la idea, porque "no están sordos", "son muy jóvenes", "no los necesito", etc...

Es una circunstancia heredada de otros tiempos. Cuando los audífonos no siempre daban buena respuesta al problema.

Pero actualmente, la variedad de audífonos, la avanzada tecnología y el cuidado y moderno diseño hacen que esas reticencias no tengan mucha razón de ser.

Si tratamos nuestra hipoacusia y nos adaptamos audífonos, nuestra calidad de vida mejorará y nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo nos lo agradecerán.