El ruido y la música alta.

Cuando hablamos de los efectos sobre el oído: La pérdida de audición y los acúfenos. Tenemos que valorar que lo importante es los decibelios a los que estamos sometidos, más que su origen.

Cualquier ruido o música que se eleve por encima de los 80-85 dB. puede resultar dañino para nuestros oídos.

Parece ser que el efecto sobre la capacidad de aprendizaje y la memoria de los niños o los jóvenes, también es independiente de que sea ruido (siempre desagradable), o música.

Lo que no parece tan claro es si la música, cuando la escuchas con placer, aunque sea a volumen elevado, es capaz de producir otros efectos conocidos del ruido, como el estrés, la hipertensión, o el riesgo elevado de infarto, etc.

No he encontrado estudios sobre el tema en concreto, pero creo que el efecto psicológico no puede ser el mismo cuando se trata de un ruido, desagradable por definición; que cuando es un sonido que nos parece agradable de escuchar y nos proporciona placer, aunque perjudique nuestros oídos.

Por supuesto, con esto no quiero decir que debamos escuchar la música a elevado volumen. Los perjuicios son conocidos e irreversibles. Y podemos escuchar la música con gran placer a un volumen que no afecte a nuestros oídos.

Además, no olvidemos que una agradable música para uno puede resultar el más irritante de los ruidos para otro.