Dolor de oído y otitis.

Casi todo el mundo ha tenido dolor de oído alguna vez. Y todos lo califican como muy desagradable e intenso.

Más frecuente es en los niños, hasta los 6-8 años. Habitualmente en el contexto de un proceso catarral, con moco, malestar general, fiebre, el niño comienza con dolor de oído, casi siempre por la noche. El niño tiene mucho dolor y no puede dormir. Con la llegada del día y el efecto de los analgésicos que le hemos dado, muchas veces el dolor desaparece y puede ser que tenga algo de secreción en el oído o alguna otra molestia.

Esta es la historia típica de una otitis media aguda. Con la infección del oído medio se han acumulado secreciones y han producido ese intenso dolor, y al perforarse el tímpano y salir la secreción, el dolor desaparece. Pero la otitis permanece.

Por eso es importante que, aunque haya desaparecido el dolor, llevemos al niño al médico para un correcto diagnóstico y tratamiento. Es la mejor actitud para evitar secuelas de la otitis como la pérdida de audición o la persistencia de la perforación timpánica.

Dolor de oído