El invierno. Tiempo de catarros y otitis.

La enfermedad más prevalente o frecuente del otoño y del invierno en los niños es, por mucho, el catarro de vías aéreas superiores, infección de origen viral.

Los niños pequeños suelen tener entre 6 o 7 procesos catarrales cada invierno, siendo más frecuentes en los niños que acuden a la guardería desde antes del primer año de vida.

Los síntomas típicos son picor de garganta, obstrucción nasal por moco y habitualmente fiebre durante los primeros dos días del cuadro. Normalmente la presencia de moco nasal  puede persistir durante una semana o incluso dos.

El tratamiento consiste en medidas higiénicas y medicamentosas para conseguir que el niño se sienta más confortable. Limpieza nasal con suero, aspiración del moco nasal, antitérmicos-analgésicos, etc. En principio no es necesario utilizar antibióticos para este cuadro.

La otitis media aguda suele ser una complicación relativamente frecuente del catarro persistente en las vías aéreas superiores, ya que el moco nasal permanece en los conductos que conectan la nariz con el oído (trompas de Eustaquio), y facilitan la infección de las cavidades del oído medio, produciendo habitualmente mucho dolor.

Los gérmenes más frecuentes son los mismos virus que producen el catarro nasal y, en ocasiones, bacterias que deberán ser tratadas con un antibiótico.

Cuando en el contexto del proceso catarral del niño aparece dolor de oído, o irritabilidad importante y/o diarrea, lo mejor es acudir al pediatra por si se trata de una otitis media que requerirá tratamiento.