Proteger el oído.

Insistimos con frecuencia desde aquí en la necesidad de proteger nuestra audición, y, por lo tanto, cuidar nuestros oídos de cualquier circunstancia, costumbre o hábito que pueda ser perjudicial.

A pesar de ello, sabemos que con los años nuestros sentidos van perdiendo sus capacidades. Aparece la vista cansada que nos obliga a usar gafas para leer. Los problemas de equilibrio, que nos impiden realizar actividades que de jóvenes nos parecian sencillas, o que nos obliga incluso a la utilización de bastones, etc.

En el caso del oído consideramos normal la aparición de presbiacusia, que podríamos definir como el oído cansado, que suele aparecer en la 5ª o 6ª década de la vida.

Actualmente estos problemas de audición parece que comienzan antes, probablemente por diversos factores socioculturales que nos afectan a todos.

Por eso es bueno insistir en la conveniencia de mantener hábitos higiénicos y saludables para nuestro oído:

  1. Con hábitos alimenticios sanos y evitando el tabaco y el alcohol en exceso.
  2. Evitando los ambientes con ruido elevado.
  3. Conociendo y evitando los medicamentos tóxicos para el oído. Algunos fármacos de uso frecuente pueden afectar nuestra audición, por lo que es conveniente no automedicarse.
Por otra parte, conviene poner remedio temprano si comienza la pérdida auditiva. La adaptación de prótesis auditivas será más sencilla.