El ruido de las fiestas.

Pronto llegan los días navideños. La Navidad no es la más ruidosa de las fiestas, quizás porque se celebra en pleno invierno, y el frio hace que el bullicio nocturno en la calle sea menor que en las fiestas veraniegas. Quizás porque tradicionalmente se trata de unas fiestas eminentemente familiares, al menos hasta ahora.
A pesar de ello, no debemos olvidarnos de que vivimos en una sociedad en la que el ruido de los vecinos o de la calle puede ser muy molesto, sobre todo si tenemos que trabajar a la mañana siguiente.
Los ayuntamientos son los que marcan los límites del ruido  en domicilios y calles, tanto en decibelios como en horario. Pero en muchas ocasiones les resulta difícil demostrar si se ha incumplido la ordenanza municipal en un caso concreto, por lo que resultará más fácil evitar los actos o eventos que facilmente puedan incumplir las ordenanzas, en vez de hacer frente a las quejas y denuncias de los vecinos.
Como ejemplo, traemos aquí el caso al que se enfrentó un ayuntamiento de nuestro país, que tuvo que indemnizar a un vecino de la localidad por el ruido continuado que sufría en su domicilio, procedente de la carpa de fiestas.
podemos pensar que, además del vecino que litigó, muchos otros sufrirían el mismo problema, y que si el ayuntamiento lo hubiera previsto podría haberlo evitado, disminuyendo el volumen de la música, o trasladando el recinto festivo a un lugar menos habitado.