Diagnosticar pronto la sordera.

En el último cuarto del siglo anterior, gracias a la tecnología de las otoemisiones acústicas, descubiertas por David Kemp, se diseñaron los primeros programas de screening de la hipoacusia neonatal.
A finales de los años 90, en España, comenzaron en algunas comunidades autónomas dichos programas de  cribado de la hipoacusia.
A lo largo de estos años se han ido incorporando el resto de autonomías, hasta el momento actual en el que en todo el territorio nacional se realiza el protocolo de cribado de hipoacusia en los primeros días de vida a  los niños nacidos en todos los hospitales.
Para la realización del cribado existen dos pruebas diferentes, las “Otoemisiones Acusticas (OEA)” y los “Potenciales evocados auditivos automáticos de tronco cerebral (PEATC(a))”. 
Si la primera prueba, que se realiza en Nidos no sale normal, se repite en las primeras semanas de vida.
Como las pruebas no son infalibles, es importante valorar los posibles antecedentes de hipoacusia familiar, o de problemas en el embarazo y/o el parto.
Y también es muy importante valorar la evolución del niño en los primeros meses/años, por la posibilidad de una pérdida auditiva progresiva, no presente en los primeros días de vida.
Con la realización del “Protocolo de screening de la audición” se ha conseguido adelantar el diagnóstico a los primeros meses de vida  del niño.
Antes de la introducción del protocolo, la media de edad para el diagnóstico de la hipoacusia se demoraba hasta los  2 o 2 ½ años.