Acúfenos y somatosonidos.

No todos los ruidos que oímos en nuestros oídos, sin un origen aparente, son acúfenos.
En realidad los acúfenos son ruidos subjetivos, que sólo oye el paciente y que no son producidos por ninguna fuente sonora conocida.
En general, se admite que la mayoría de los acúfenos se originan en la cóclea, por lesión de las células sensoriales. Aunque en muchas ocasiones sea difícil demostrar dicha lesión.
No es momento ni lugar de explicar las teorías patogénicas del origen y persistencia del acúfeno.
Pero si es conveniente saber que hay otros ruidos de origen incierto que podemos oír y no son acúfenos. Son los llamados somatosonidos. Que oye el paciente, que muchas veces puede oír el explorador, y que tienen su origen en sonidos producidos en el propio cuerpo del paciente. Son ejemplos conocidos y frecuentes el que produce algún material en contacto con el tímpano, como cerumen, un cabello, un cuerpo extraño, etc. También es relativamente frecuente oír el propio latido del corazón, o la respiración en ciertos casos de problemas de la trompa de Eustaquio. O en problemas de la articulación de la mandíbula. También puede ocurrir, en  ocasiones, que haya contracciones anómalas de los músculos del martillo y/o el estribo, que están en el oído medio y producen ruido audible.
En resumen, cuando padecemos un ruido en el oído debemos acudir al especialista para una valoración del mismo. No siempre resulta fácil llegar a conocer el origen del ruido.