A mi hijo le molestan los ruidos.

No es infrecuente en las consultas de Otorrinolaringología atender a padres que nos cuentan que a su hijo le molestan los ruidos. Suelen acudir preocupados porque su hijo tenga algo grave en los oídos, ya que llora con los ruidos fuertes, no duerme bien, se tapa los oídos, se asusta en los centros comerciales, se aleja de algunas personas según su voz, etc.
Lo más probable es que tenga "hiperacusia" o excesiva sensibilidad al sonido. Algo que padece hasta un 10% de la población.
En la mayoría de las ocasiones la exploración ORL y auditiva del niño será normal, no encontraremos ninguna enfermedad demostrable.
No existe una cura "milagrosa" con medicinas o cirugías. El tratamiento más aceptado, que es conveniente utilizar, aunque pueda resultar largo y precisar paciencia y "tacto", es conseguir la progresiva disminución de la sensibilidad al ruido. Para ello acostumbraremos al niño a sonidos agradables, música por ejemplo, durante unos minutos, y cada día a un volumen un poco mayor.
El objetivo es lograr que el niño se acostumbre poco a poco y tolere sonidos más fuertes.
Es importante no poner sonidos tan fuertes que provoquen el rechazo del niño a la terapia.