Sordera súbita. ¿Nuevos tratamientos?.

Llamamos sordera súbita o brusca a la pérdida de audición de origen neurosensorial, que se produce en menos de 72 horas y produce más de 30 decibelios de pérdida en, al menos, tres frecuencias consecutivas.
Bajo esta "complicada" definición se esconde un síndrome que se presenta como la pérdida de audición de un oído habitualmente, de forma instantánea, acompañada muchas veces de un acúfeno repentino, e incluso un episodio de vértigo.
Es más frecuente en adultos, entre 45-55 años. Puede ocurrir hasta en 10-12 de cada diez mil personas. En muchas ocasiones parece tener relación con situaciones de estrés, pero solo en una de cada 10 ocasiones llegamos a conocer su causa.
El tratamiento actualmente se basa en la utilización de corticoides a altas dosis, administrados por vía oral, intravenosa o intratimpánica ( a través del tímpano). En ocasiones también se utiliza el tratamiento con oxígeno en una cámara hiperbárica.
Es importante el comienzo precoz del tratamiento para lograr un mayor porcentaje de recuperación auditiva. Por ello, lo ideal es acudir al médico cuando aparecen los síntomas.
Cuando, tras pasados unos meses, no se ha logrado la recuperación auditiva, y la audición residual y el acúfeno se han estabilizado, es el momento de utilizar tratamientos como la adaptación de audífonos, enmascaradores, o implantes de oído medio en casos de pérdidas moderadas o severas. O incluso un implante coclear en casos de sorderas severo-profundas o profundas, sobre todo si se asocian a acúfenos incapacitantes.