Cuando un niño pierde la audición.

Cuando comenzaron los programas de detección precoz de la hipoacusia, hace ya muchos años, tuvimos la ventaja de poder descubrir a los niños con posible pérdida auditiva en los primeros días de vida.
La realización de este screening neonatal se realiza con pruebas objetivas en las primeras horas de vida, habitualmente con la realización de otoemisiones acústicas o de potenciales evocados auditivos automáticos.
Cuando sospechamos que un neonato tiene pérdida de audición, se continua el protocolo de cribado de la hipoacusia con la realización de distintas pruebas, hasta llegar a un diagnóstico del grado y tipo de hipoacusia, que permita instaurar un tratamiento.
Pero puede ocurrir que algunos niños pasen sin problemas el cribado neonatal aunque tengan una pérdida auditiva, o que dicha pérdida de audición aparezca en el niño más adelante. Desde algunas infecciones, hasta algunas causas genéticas pueden ocasionar hipoacusia en niños en edad preescolar.
Por ello es muy importante que los padres sepan que, aunque su hijo haya superado el cribado neonatal de la hipoacusia, puede sufrir una pérdida de audición, de aparición más o menos rápida, en los primeros años de vida.
Para poder descubrir precozmente la hipoacusia en un niño debemos estar atentos al desarrollo comunicativo y del lenguaje del niño.
Si un niño, en su primer año, no produce vocalizaciones, sonidos como mama-papa-dada, aunque no sepa lo que significan, o no se fija cuando alguien habla, o no emite palabras con intención entre los 12-15 meses, normalmente bisílabas sencillas.
Si esto le ocurre a tu hijo, acude al pediatra y/o al especialista.