Los efectos del ruido.

Desde hace mucho tiempo sabemos que el ruido es perjudicial para la audición, y que la exposición a sonidos fuertes puede provocar pérdida auditiva.
Con los avances en la industrialización y en el tráfico, más las costumbres sociales actuales de ocio, lugares con música elevada, uso de auriculares, etc. hemos llegado a tener una sociedad habitualmente muy ruidosa. Esto está provocando que la pérdida auditiva por ruido afecta a más personas, y más jovenes que hace unas décadas.
Pero además, ruidos que no son fuertes, que no alcanzan los decibelios que se consideran dañinos para la audición, pueden resultar muy desagradables y afectar negativamente a nuestra salud y nuestro descanso.
Ruidos de no más de 40 decibelios puden provocar insomnio, estrés, y todas las alteraciones de salud que por ello se pueden generar.
Los mayores efectos se producen a nivel psicológico, con alteraciones en el sueño y el descanso, que producen fatiga crónica y alteraciones a nivel físico, neurológico, cardiovascular, digestivo, etc.
Es importante tener presente que el ruido que nos rodea no solo puede producir pérdida de audición, sino que puede afectar a nuestra salud a muchos niveles.