Ruido y corazón.

Es bien conocido el efecto negativo del ruido sobre el corazón, sobre las coronarias, y otras patologías vasculares como la hipertensión.

También, estudios realizados por el Instituto de epidemiología del cáncer de Copenhague señalan la posible influencia que el ruido puede tener sobre la aparición de accidentes cerebro-vasculares, en concreto, en los infartos cerebrales.

Parece ser que han encontrado asociación entre estos, de forma que, por cada 10 dB que se incrementa el ruido de fondo causado por el tráfico de vehículos, la posibilidad de sufrir un ictus crece hasta un 14% en mayores de 65 años, sobre todo cuando hablamos de umbrales altos de ruido, por encima de 60 dB.

Puede que la causa intermedia sea la interferencia con un sueño reparador adecuado, lo que contribuye a ese aumento. Está claro que el que quiere cuidar su corazón, tiene que protegerse del ruido.