Las temperaturas empiezan a descender y el frío se acerca. Y con él, los resfriados, que son un clásico sobre todo en los más pequeños. Una afección que, al igual que la gripe, puede derivar en una infección del oído medio u otitis, que suele darse casi siempre en los tres primeros años de vida y que afecta a casi todos los niños y niñas. La prevención vuelve a ser en este caso la mejor aliada para evitar o minimizar este problema tan común. Y tan molesto.
La causa principal de las otitis son, como decíamos, los resfriados comunes, las infecciones de las vías respiratorias altas y la gripe, que provocan acumulación de mucosidad y bloqueo de las trompas de eustaquio, lo que puede dar lugar a una infección por bacterias. También las alergias e incluso el exceso de salivación por la dentición de los bebés pueden derivar en otitis. El hecho de que las otitis sean más frecuentes en bebés y niños pequeños se debe a que sus trompas de eustaquio se obstruyen con más facilidad.
La mejor manera de prevenir y evitar este tipo de infección del oído medio es intentar seguir una serie de consejos básicos:
En cuanto a los síntomas de una otitis en niños, el principal suele ser la presencia de exudado o líquido en el oído medio. En el caso de la denominada otitis media aguda, también aparece dolor o fiebre. Y si la presencia de líquido dura más de 3 meses se habla entonces de otitis media crónica.
Sobre el tratamiento, no suelen prescribirse antibióticos a no ser que el niño tenga menos de seis meses. La mayoría de doctores suelen prescribir analgesia a no ser que la infección se acompañe de fiebre alta.
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