A vueltas con el ruido.

En la última edición del Observatorio de Salud y Medio Ambiente de las firmas DKV, GAES y ECODES, bajo el título Ruido y Salud, advierten que uno de cada 5 europeos está sometido a niveles de ruido nocivos para la salud.
En España, según el Instituto de Salud Carlos III, más de uno de cada 4 españoles están expuestos a ruidos de más de 65 decibelios, que es el límite recomendado por la OMS.
La Agencia Europea del Medio Ambiente nos advierte que el ruido es el segundo mayor problema ambiental en Europa, solo después de la contaminación del aire. Y parece que solo nos preocupa la contaminación del aire y el cambio climático, mientras que no prestamos mucha atención a las graves consecuencias que tiene la exposición al ruido.
El ruido y otros sonidos a mucho volumen, como la música, etc., no solo producen pérdida de audición irreversible, además acompañada o precedida en muchas ocasiones de molestos ruidos en los oídos, los llamados acúfenos. También producen otras alteraciones de salud, como trastornos cardiovasculares, digestivos, ansiedad, insomnio, depresión, etc.
Hace unos años un estudio europeo destacaba la cifra de 50000 infartos anuales en Europa causados o derivados de la exposición continuada a ruidos demasiado fuertes.
Mientras que las normativas, tanto europeas o nacionales, incluso municipales, lleguen a la conclusión de la necesidad de normas que protejan más a la población de la contaminación acústica, debemos ser los propios ciudadanos los que nos protejamos y evitemos producir demasiado ruido.
Nuestra salud nos lo agradecerá.