Acúfenos. Los tratamientos más eficaces.

Cuando un acúfeno dura más de seis meses consideramos que se ha convertido en crónico.

Parece ser que a partir de ese momento debemos asumir que se han creado circuitos cerebrales de realimentación del acúfeno que lo perpetuan en el tiempo, independientemente de la causa que lo originó.

Para el tratamiento deberemos utilizar terapias cognitivo-conductuales que ayuden al paciente a habituarse al ruido y a dejar de estar pendientes de él. Es importante evitar que el ruido se convierta en una obsesión para el paciente y le produzca estrés.

La utilización de medicamentos tiene el objetivo de neutralizar la hiperactivación cerebral que ocasiona el acúfeno a lo largo de la vía auditiva y los centros cerebrales.

Además, en estas ocasiones en que el origen del acúfeno no puede eliminarse empleamos  el sonido para enmascarar el acúfeno como tratamiento. Proporcionamos otro ruido al paciente, de mayor intensidad que el acúfeno, a través de audífonos o aparatos que emiten un sonido similar al del mar, para evitar la percepción del propio acúfeno y frenar la actividad cerebral asociada al ruido.

En los últimos tiempos parece que la terapia más prometedora en el tratamiento del acúfeno, cuando la pérdida auditiva es importante, es el implante coclear, que hasta ahora solo se realiza en casos muy seleccionados, pero que está dando hasta el momento muy buenos resultados.