Acúfenos y pérdida de audición por ruido.

En otras ocasiones ya hemos hablado del problema del ruido en las empresas, de la necesidad que tienen los trabajadores de utilizar protección contra el ruido laboral, ya sea con tapones o con cascos.
Pero no solo estamos expuestos a ruidos fuertes en las industrias productoras de ruido. En otras profesiones, como en la música, en la hostelería, en el mundo de la enseñanza, etc. podemos estar expuestos a niveles sonoros perjudiciales. Y en estos ambientes es menos habitual el uso de protecciones.
Actualmente también hay riesgo de lesiones auditivas a largo plazo por el abusivo uso que algunos jóvenes hacen de los auriculares de mp3, etc.
Y en estas fechas de la Semana Santa española, no debemos olvidar el ruido provocado por los tambores, bombos y cornetas de las cofradías en las procesiones. Aunque se trata de una tradición religiosa en España que aglutina a miles de personas, y que atrae a muchos miles más para disfrutar del espectáculo de devoción y tradición; tenemos que saber que, en ciertos lugares, como Aragón, y sobre todo el Bajo Aragón, el ruido que producen las tamborradas puede alcanzar hasta los 120 decibelios, muy lesivos para los oídos, que pueden producir acúfenos temporales y, a la larga, acúfenos y pérdida auditiva permanentes.
Por supuesto que son actos dignos de ver y disfrutar, pero si es con protecciones auditivas mejor. Disfrutaremos igual el ambiente, el colorido, la devoción religiosa y la música, pero a un volumen que no perjudique nuestros oídos.
La pérdida auditiva no la notaremos durante años, pero si sufrimos un acúfeno permanente nuestra calidad de vida podrá verse disminuída.