¿Audífonos? Lo primero es la salud.

Aprovechando que hoy se celebra el Día internacional de la Audición, sacamos a la palestra un tema que, desde hace ya tiempo, nos preocupa, por las consecuencias negativas para nuestra audición que pueda ocasionar.
Frecuentemente vemos publicidad de "supuestos" audífonos, en distintos medios de comunicación, que debido a su bajo precio pueden resultar atractivos para el consumidor desinformado. Es verdad que en muchos casos los anuncios hablan de "amplificadores de sonido" y no de audífonos, pero a muchas personas puede resultarles difícil distinguir las diferencias entre unos y otros, ya que su apariencia externa suele ser muy similar.
Ya hace tiempo La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, emitió un comunicado de alerta sobre la publicidad engañosa de algunas empresas que ofrecen amplificadores como si fueran audífonos.
En este comunicado avisa a los consumidores que: "aunque la tecnología y la apariencia de algunos aparatos amplificadores sean similares a las de un audífono, solo estos están diseñados e indicados para compensar las deficiencias auditivas", de forma que un amplificador solo debería ser utilizado por una persona con audición normal que quiera oír mejor en determinadas situaciones, y por un tiempo breve, ya que "Su uso prolongado puede provocar daños en el oído".
Además, según esta agencia, los audífonos requieren una adaptación individualizada, por lo que si hay problemas de audición, Sanidad recomienda siempre acudir al médico especialista en otorrinolaringología para que haga un diagnóstico, y además, se debería comprar el audífono en gabinetes de audioprótesis autorizados que acrediten ante la Administración que tienen el personal adecuado, (audioprotesistas) y las instalaciones necesarias para la valoración audiológica y la adaptación personalizada.