Comienza el frío. Y los catarros.

Después de un largo periodo estival y un otoño con temperaturas veraniegas, parece que, por fin, comienzan a bajar las temperaturas y a aparecer las esperadas lluvias.
Ya hace un mes que comenzaron nuestros hijos a acudir al colegio, y ahora, con la bajada de temperaturas, lo habitual es que comiencen los catarros.
Si el niño, además de mocos, tiene fiebre, dolor de oídos, etc. lo normal es acudir al pediatra, que realizará su diagnóstico y correspondiente tratamiento.
Pero en ocasiones, la cosa no pasa de tener mocos en la nariz y poco más. El niño no tiene fiebre, no tiene dolor de garganta ni oídos, y su estado general es bueno, con lo que sigue llevando su actividad escolar normal.
A veces, observamos que, de repente, el niño atiende menos, o pone alta la tele, o empeora sus resultados escolares.
No lo dejemos pasar. En ocasiones se trata de una otitis serosa, "moco en los oídos", que tiene escasos o nulos síntomas, pero que condiciona una mayor o menor pérdida de audición, con todas sus repercusiones educativas, etc.
Si observais estos signos en vuestro hijo no dudeis en acudir al especialista.