Cuando es urgente tratar la sordera.

En estos días de confinamiento y aislamiento por la alarma producida por la pandemia del Covid-19, otras patologías contempladas como menos graves parecen haber quedado relegadas a un segundo plano.
El temor de los pacientes para acudir a los servicios de urgencias por la situación actual de crisis sanitaria, provoca que haya pacientes, con patologías que pueden ser potencialmente graves, que tardan más de lo conveniente en acudir a urgencias.
Por ejemplo, se ha constatado el descenso acusado de la activación del "código infarto" y el "código ictus" en los servicios de urgencias en estos días. Eso significa que los pacientes han tardado más en acudir a urgencias, y quizás no se han podido beneficiar de tratamientos que requieren precocidad en el diagnóstico.
La sordera casi nunca es una urgencia. Suele aparecer de manera progresiva y podemos demorar su diagnóstico y tratamiento.
Pero hay una entidad, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones, que requiere un diagnóstico y un tratamiento precoces para hacer más fácil su recuperación. Se trata de la llamada "sordera brusca" o "sordera súbita".
Se trata de una sordera repentina, de tipo neurosensorial, generalmente unilateral, que aparece en minutos u horas, muchas veces la notamos al despertarnos por la mañana. Se acompaña, en muchas ocasiones, de acúfeno o pitido en el mismo oído, incluso, a veces, se acompaña de vértigo.
Es una patología en la que la precocidad en el tratamiento es importante para mejorar el pronóstico de recuperación auditiva.