Cuando nos molestan los sonidos.

A todas las personas les molestan los ruidos. En realidad la definición de ruido implica la existencia de un sonido desagradable y molesto para el que lo escucha.

Pero también hay personas a las que le molestan sonidos que a la mayoría de las personas no les afectan. Incluso oír la voz a un volumen normal de conversación llega a producirles dolor. Incluso pasan de no oír bien, o no entender lo que les dices, a sentir dolor si subes la voz. Padecen lo que llamamos "Hiperacusia". El oído interno está enfermo y disminuye su "rango dinámico". Es decir, pasa de no oír a que le moleste el sonido con muy pocos decibelios de diferencia.

Se trata de pacientes con gran dificultad de adaptación, a los que hay que rehabilitar mediante generadores de sonido.

Pero hay que diferenciar la Hiperacusia, alteración de oído interno en la que los sonidos molestan por igual, dependiendo unicamente de su intensidad, de otra entidad llamada "Misofonía", alteración del sistema nervioso central, en la que al paciente solo le afectan ciertos sonidos, independientemente de su intensidad.

Sonidos tan comunes como los producidos por otras personas al comer, respirar o toser. O el sonido de algunos fonemas o algunas  consonantes, o sonidos repetitivos como el goteo de un grifo, etc, producen molestia, o ansiedad, incluso furia o conductas agresivas o de evitación a los pacientes que padecen misofonía.