Cuidado con el ruido. Los niños lo sufren más.

Ya hemos hablado en otras ocasiones de lo perjudicial que puede ser para nuestra audición someternos a ruidos fuertes de cualquier tipo.

Aunque la definición de ruido es el de un sonido desagradable a nuestros oídos, no es esa característica de no deseado por desagradable lo que hace perjudicial que sea perjudicial para nuestros oídos.

Cualquier sonido, aunque nos guste, como pueda ser la música, los fuegos artificiales, etc. a un volumen suficientemente alto puede ser perjudicial para nuestra salud auditiva.

En esta época veraniega, en la que hay más fiestas populares, y en la que acudimos con nuestros hijos pequeños a muchos eventos ruidosos, debemos tener presente que el ruido al que nos sometemos puede ser perjudicial para nuestros oídos. Pero, sobre todo, que el oído de los niños pequeños y de los bebes es más frágil ante los ruidos fuertes y que, además, ellos pueden no tener consciencia del daño que sufren sus oídos, y quizás no sepan comunicarnos su desagrado ante el sonido ambiente elevado.

Pensemos en nuestros hijos cuando acudimos a eventos muy ruidosos.