Cuidar de tus oídos. También en invierno.

Se asocia siempre el verano con las infecciones de oído. Probablemente por la frecuencia elevada de la típica otitis de las piscinas.
Pero no debemos olvidar que también durante el invierno, nuestros oídos pueden verse afectados por las infecciones. En menos ocasiones las otitis externas, ya que el uso de las piscinas se limita a las climatizadas, y el número de usuarios es mucho menor.
Pero en este tiempo, sobre todo por el frio reinante, y por los cambios de temperatura, son mucho más frecuentes los resfriados nasales, las faringitis y amigdalitis; en resumen, los problemas inflamatorios de las vías respiratorias altas, que en ocasiones son el origen directo de las otitis medias. Sobre todo en los más pequeños.
Es importante mantener una correcta higiene nasal, mediante lavados con suero o preparados de agua marina, etc., y aspiración del moco nasal en los pequeños que no saben hacerlo ellos solos.
Y cuando aparece el resfriado o la faringitis, una visita al pediatra o al otorrino para poner tratamiento y evitar el paso de la infección al oído.