Disfruta la música. Protege tu audición.
Publicación editada 26/04/2025
Cada vez podemos disfrutar de la música en más situaciones, más horas y más días.
En otras ocasiones hemos hablado del peligro que supone el uso continuado de auriculares para escuchar música, si los utilizamos a un volumen muy elevado y/o muchas horas al día.
Hoy vamos a hablar del sonido en los conciertos, como nos puede afectar y qué medidas podemos utilizar para minimizarlos.
En los conciertos de rock, sobre todo en recintos cerrados, los niveles de sonido pueden alcanzar niveles dañinos para la audición, aunque también pueden variar significativamente dependiendo de diversos factores como:
- La banda y su estilo musical: Algunas bandas de rock son naturalmente más ruidosas que otras.
- El tamaño y la acústica del recinto: Un espacio pequeño y reverberante tenderá a tener niveles de presión sonora más altos.
- La ubicación dentro del recinto: Las áreas cercanas a los altavoces experimentarán los niveles más altos.
- La intensidad del concierto en momentos puntuales: Solos de guitarra, pasajes especialmente intensos o el final del concierto pueden alcanzar picos más altos.
Es habitual que los niveles de sonido en conciertos de rock en recintos cerrados se sitúen entre 100 y 110 decibelios (dB), pudiendo alcanzar picos de hasta 120 dB o incluso más cerca de los altavoces. Algunos estudios sugieren que se pueden superar los 110 dB de manera habitual.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no exponerse a niveles superiores a 100 dB durante más de 15 minutos para evitar daños auditivos. Y cada 3 decibelios más el tiempo se reduce a la mitad.
La exposición a estos niveles de ruido puede tener varios efectos negativos para nuestra salud, tanto a corto como a largo plazo:
En los músicos, la exposición constante y prolongada a altos niveles de sonido los pone en un riesgo significativamente mayor de desarrollar distintos efectos, como::
- Pérdida de audición inducida por el ruido, que puede ser temporal (fatiga auditiva con sensación de oídos taponados y pitidos) o permanente, dificultando la escucha de sonidos suaves y la comprensión del habla.
- Acúfenos, pitidos, ruidos en los oídos que pueden ser intermitentes o constantes y afectar la calidad de vida.
- Hiperacusia: Aumento de la sensibilidad a los sonidos, incluso a niveles que normalmente no son molestos.
En los asistentes a los conciertos, aunque la exposición no suele ser tan prolongada como en los músicos, también están en riesgo de:
- Pérdida de audición temporal (fatiga auditiva): Sensación de oídos taponados, dificultad para escuchar después del concierto, que generalmente desaparece en unas horas o días.
- Acúfenos, pitidos o zumbidos pasajeros en los oídos.
- Si las exposiciones son repetidas y a niveles altos: Riesgo de desarrollar pérdida de audición permanente y acúfenos permanentes a largo plazo.
- Estrés y alteraciones del sueño: Aunque no directamente relacionados con el daño auditivo, el ruido excesivo puede contribuir al estrés y dificultar el descanso después del concierto.
Afortunadamente, existen medidas que tanto músicos como asistentes pueden tomar para proteger su audición:
Para los músicos:
- Utilizar protectores auditivos de alta fidelidad: Estos tapones están diseñados para reducir el nivel de decibelios de manera uniforme en todas las frecuencias, preservando la calidad del sonido para que puedan seguir escuchando su música y las indicaciones de sus compañeros.
- En lugar de depender de los altavoces de escenario, utilizar sistemas de monitorización intraural que permiten controlar el nivel de sonido directamente en sus oídos a un volumen seguro.
- Realizar pausas auditivas: Alejarse del escenario y del ruido durante los descansos puede ayudar a que los oídos se recuperen.
- Controlar los niveles de sonido en el escenario: Trabajar con técnicos de sonido para mantener los niveles lo más bajos posible sin comprometer la calidad del espectáculo.
- Revisiones auditivas regulares: Realizarse audiometrías periódicas para detectar cualquier signo temprano de pérdida auditiva.
Para los asistentes:
- Usar tapones para los oídos: Los tapones de espuma desechables son una opción económica, pero los tapones de alta fidelidad reutilizables ofrecen una mejor calidad de sonido y protección.
- Mantenerse a una distancia prudente de los altavoces: Las áreas más cercanas a los altavoces son las más peligrosas para la audición. Intentar ubicarse más lejos del escenario o en zonas laterales.
- Limitar el tiempo de exposición: Si el concierto es muy largo y ruidoso, considerar tomar descansos fuera del recinto o en áreas más tranquilas si las hay.
- Dar descanso a los oídos después del concierto: Evitar la exposición a ruidos fuertes inmediatamente después del evento.
- Considerar la utilización de aplicaciones de medición de decibelios: Algunas aplicaciones para teléfonos móviles pueden dar una idea aproximada de los niveles de ruido, aunque no son tan precisas como los equipos profesionales. Si los niveles son muy altos, tomar precauciones adicionales.
Y, por supuesto, hacer revisiones auditivas periódicas
La concienciación de la gente y la adopción de medidas de protección son clave para poder disfrutar de la música en vivo sin poner en riesgo nuestra salud auditiva a largo plazo.
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