Efectos del ruido en el recién nacido.

Entre la 24 y la 28 semana  de gestación ya se han identificado respuestas del feto al sonido. La exposición al ruido dentro del útero materno ocurre durante el desarrollo normal, ya que el sonido se trasmite bien en el ambiente intrauterino.
La maduración del oído y de la vía auditiva se completa una vez nacido el niño, en las primeras semanas de vida.
Diferentes estudios parecen sugerir que la exposición a ruido excesivo durante el embarazo puede producir pérdida auditiva en el recién nacido, sobre todo en las frecuencias agudas, y además se puede asociar con prematuridad y bajo peso. Algunos estudios han concluido que la exposición al ruido de la madre durante el embarazo aumenta el riesgo de pérdida de audición en el recién nacido, sobre todo en exposiciones de varias horas diarias, como las que se pueden sufrir en un ambiente laboral ruidoso.
Aunque no parece fácil una gran pérdida de audición por la exposición al ruido de la madre gestante, ya que no son años de exposición al ruido, si es necesario evitar las exposiciones a ruidos excesivamente fuertes (120-140 dB) aunque sean de corta duración, por la posibilidad de trauma agudo.
Además, es necesario saber que en el recién nacido, incluso pequeñas pérdidas de audición pueden tener un gran impacto, mucho mayor que las que tendrían en un adulto.
Problemas en el desarrollo del lenguaje, disfunciones sociales y emocionales, aislamiento, problemas de aprendizaje escolar, etc.