El color de la cera.

La cera o cerumen es una secreción de las glándulas ceruminosas que existen en la piel del conducto auditivo externo, en concreto en su tercio exterior.
En la consulta del otorrino es muy frecuente escuchar preguntas sobre la cera del oído. ¿Porqué tiene tal o cual color, o consistencia?, ¿Porqué se me forman tapones?, ¿Como hay que limpiarse los oídos?, etc.
En lo referente al color y consistencia del cerumen, hay algunas teorías de la posibilidad de un tipo de cerumen u otro. O de si es normal o puede indicar un problema.
Una publicación de 1995 se hace eco de una teoría de 1907, que diferencia dos tipos distintos de cerumen, uno gris, algodonoso y seco, típico en los pueblos de Asia, islas del Pacífico, etc. Y otro cerumen húmedo, amarillo-marrón y pegajoso, típico en Europa y Africa, etc.
Otra teoría sobre el color y consistencia tiene como base la climatología. En los lugares cálidos y húmedos el cerumen sería húmedo y en los sitios fríos sería seco.
En nuestro ambiente, lo más común es que el cerumen sea amarillo, húmedo y pegajoso. Habitualmente, cuanto más tiempo lleva en el conducto, el cerumen pierde humedad y va oscureciendo hasta marrón oscuro, por la oxidación que produce el aire.
Si el cerumen es seco y quebradizo, con descamación y picor puede indicar un eccema de conducto.
Un cerumen muy líquido, o con sangre, o con mal olor puede advertirnos de una infección del oído.