El ruido es perjudicial incluso antes de nacer.

Un estudio de "Observatorio Salud y Medio Ambiente" afirma que el ruido también puede afectar negativamente a fetos y bebés recién nacidos..

La exposición a un ruido excesivo durante el embarazo puede provocar pérdida de audición en las frecuencias más agudas (altas) en los recién nacidos.

Se han descrito pérdidas de audición en niños cuyas madres estuvieron expuestas durante el embarazo a niveles sonoros entre 65 y 95 dB(A) durante 8 horas diarias, lo que multiplico por 3 el riesgo de tener un hijo con pérdida de audición.

Además, parece ser que se ha podido asociar con retraso en el crecimiento intrauterino y mayor índice de prematuros, así como con ciertas alteraciones en el crecimiento y normal desarrollo de niños prematuros.

Aunque es poco probable que ocurra una gran pérdida de audición en el feto por exposición de la madre al ruido, ya que es necesaria una exposición muy prolongada al ruido.

Pero pequeñas pérdidas de audición tras el nacimiento, pueden tener un gran impacto en el desarrollo del bebé y el niño, e incluso originar disfunciones sociales, emocionales y de aprendizaje en los niños en edad escolar.

Si es bueno para la madre protegerse del ruido ambiental, también lo es para el futuro bebé.

Antes de nacer también somos vulnerables al ruido.