Estudiar el acúfeno.

En muchísimas ocasiones, tras realizar estudios diagnósticos a los pacientes que padecen acúfenos, los médicos nos encontramos con que todas las pruebas realizadas son normales.

Tanto la exploración física, como las pruebas de audición, los estudios de imagen, etc. no arrojan ningún resultado patológico o anormal.

Debido a esto podemos caer en la tentación de creer que todos los acúfenos van a ser de origen desconocido, que el paciente no va a tener un problema físico concreto y tratable, y que tenemos que conformarnos con informar de la imposibilidad de hallar una causa, o aconsejar un tratamiento inespecífico.

Los profesionales debemos evitar esto. Debemos realizar un estudio completo del paciente con acúfenos, antes de conformarnos con el diagnóstico de acúfeno de "origen desconocido". En algunas ocasiones descubriremos la causa concreta del acúfeno que padece el paciente, y que precisará de un tratamiento concreto e individualizado.

También es importante que el paciente que padece un acúfeno no se conforme con lo que pueda leer en la red, o escuchar a otros pacientes. Su caso puede ser distinto. El origen de su acúfeno puede ser alguna enfermedad que requiera de tratamiento específico.

Lo mejor es acudir al especialista para un estudio diagnóstico completo.