La sordera infantil con problemas asociados.

Cuando un niño nace con una pérdida de audición, no siempre es el único problema que padece.
Cuando hablamos de hipoacusia prelocutiva, como es el caso de las hipoacusias congénitas, más del 50%  tienen un origen genético. De estas, el 70% son hipoacusias aisladas, es decir, sin otras alteraciones. Pero el otro 30% son las llamadas sindrómicas, es decir, niños que, además de la pérdida de audición sufren otras alteraciones, ya sea cardiacas, renales, neurológicas, oculares, etc.
Por otro lado, la otra mitad de hipoacusias congénitas tienen un origen adquirido, ya sea por infecciones, prematuridad, falta de oxígeno, u otras alteraciones en el embarazo o el parto. También en estos casos la pérdida de audición puede asociarse a otras alteraciones, como es el caso de la infección por rubeola materna, o el citomegalovirus. O los problemas de prematuridad, hipoxia, hiperbilirrubinemia, etc.
Desde hace años se realiza el screening neonatal de la hipoacusia, con lo que diagnosticamos los problemas de audición mucho antes. También se realizan otros programas de screening para descubrir posibles alteraciones metabólicas, la famosa prueba del talón, etc. Desde hace tiempo, tanto los pediatras como los otorrinos dedicados a la hipoacusia infantil, están implicados en diagnosticar precozmente todas estas alteraciones asociadas que se pueden presentar, para tratar más adecuadamente a sus pacientes.
Ahora aparece en el Boletín Oficial del Estado el convenio entre el Real Patronato sobre Discapacidad y la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas) para la realización del proyecto sobre “la sordera infantil que suma discapacidades asociadas”.
El objeto es “analizar la reciente evidencia científica sobre sordera infantil con discapacidades asociadas y elaborar recomendaciones para el abordaje de los casos con discapacidad añadida en los programas de detección precoz de la sordera”.
Específicamente el BOE señala el objetivo de realizar un algoritmo de actuación para identificar precozmente al niño con discapacidades asociadas a la sordera y proponer las medidas para evitar retrasos en el diagnóstico y hacer un tratamiento precoz.
Además proponen la realización de un documento de recomendaciones para el caso de los niños con hipoacusia y discapacidades asociadas.