Llega el colegio.

Termina Agosto, y con él, las vacaciones tocan a su fin. Los días al aire libre, la playa, la piscina, etc. Comienza el colegio y la guardería para los más pequeños. Y empiezan los catarros, los mocos, las otitis. La vuelta a la rutina invernal.
Cuando se trata de moco nasal, de la garganta, la fiebre, es fácil apreciarlo y llevar al niño al médico, comenzar el tratamiento e intentar solucionarlo.
Pero no ocurre lo mismo con la llamada otitis serosa. No duele, no da fiebre, si acaso el niño pierde algo de audición. Por ello, conviene estar atento a algunos síntomas que el niño puede tener y solucionar el problema antes de que vaya a más.
Si pone alta la tele, si responde siempre “¿qué?”, si parece que se aísla. O si en el colegio rinde menos, si el maestro/a cree que el niño está más despistado o no hace caso, etc.., será mejor pensar en la posibilidad de que el niño tenga moco en sus oídos, lo que llamamos otitis serosa, y pongamos remedio acudiendo al especialista.