Los acúfenos y el estres.

Cuando comprobamos los listados de posibles causas de acúfenos, habitualmente no aparece el estres entre ellas. Casi siempre se asocia su aparición con problemas circulatorios del oído interno, con traumas por ruido, con lesiones del nervio auditivo, incluso con alteraciones genéticas.

Sin embargo, se han descubierto otros factores psicológicos o asociados a la personalidad del paciente, que influyen en su desarrollo, su gravedad, e incluso su tratamiento.

En un estudio realizado en la escuela de medicina de Hannover, en Alemania, los investigadores han concluido que el grado de bienestar general del paciente juega un papel importante en la forma de padecer y de poder tratar el acúfeno.

Mientras que algunas de las personas del estudio apenas notaban su acúfeno, otras sufrían constantemente su pitido de oídos. En estos últimos pacientes se presentaba un fenómeno de retroalimentación del acúfeno. Es decir, caian en un círculo vicioso de trastornos del sueño, incluso depresión, que aumentaba el sufrimiento por el acúfeno.

Además, los pacientes que vivian el acúfeno como algo realmente angustioso y amenazante padecían también estrés, y referían además otros síntomas o enfermedades. Curiosamente estas personas eran muy activas, con alto sentido de responsabilidad y acostumbradas a tener un alto rendimiento. Algunos de estos pacientes creían que su acúfeno era síntoma de alguna enfermedad grave.

Por el contrario, las personas con un carácter más tranquilo, menos exigentes y que tenían un estado de bienestar equilibrado sufrían mucho menos de los efectos psicológicos de tener un acúfeno constante.